tipos de cliente que es mejor perder

Tipos de clientes que es mejor perder que conservar

29 Mayo 2018

Dejar de trabajar con un cliente nunca es una decisión fácil. A primera vista es un ingreso que la empresa deja de percibir o, incluso, puede ser considerado un fracaso. Pero... a veces no es tan así.

Hay una serie de puntos que debes poner sobre la balanza antes de tomar una determinación. ¿Es este cliente adecuado para tu negocio? Si no lo es, lo más probable es que se generen frustraciones por ambas partes y todo termine en una mala experiencia, independiente de los intentos que hagan por entenderse.

Por un lado, tu empresa no cumplirá con sus expectativas y, por otro, el cliente demandará demasiado esfuerzo extra de tu equipo.

La pregunta es, ¿cómo saber si un cliente no es beneficioso para mi empresa?

Hay algunos indicios que sirven de advertencia para aclarar si un cliente es realmente dañino. Por ejemplo, si tienen actitudes abusivas o faltas de respeto con tus trabajadores es momento de que analices la situación y tomes decisiones.

Como pasa con las relaciones humanas, hay ciertas relaciones comerciales que no son positivas para ninguna de las partes. Por lo tanto, terminarlas es la decisión más sana.

Para que la relación fluya armoniosamente influyen factores como el ritmo de trabajo, la comunicación, la definición de objetivos, entre otros. Por eso estar alineados es clave. Ante esto, lo primero que debes analizar es el costo que genera este cliente a nivel de recursos humanos. Tal vez produce el desgaste de tus trabajadores o, quizás, las consecuencias que deja en el clima laboral justifican el término de contrato.

Como se advierte en el blog 6 buenas prácticas para retener talentos en tu empresa, para conservar a las personas talentosas de tu empresa, un ambiente laboral seguro y estimulante es tan importante como un buen sueldo.

Probablemente no querrás perder a esas personas clave que te ayudan a sacar tu negocio adelante sólo por un cliente con el que no existe una buena relación.

Entonces, pon atención a estos tipos de clientes que es mejor perder que conservar:

 

  1. Los que no respetan:

Hay diversas formas en las que un cliente puede no respetar a su proveedor. Por ejemplo, no teniendo un buen trato con el equipo, no cumpliendo con los tiempos establecidos o negociando precios que ya fueron acordados.

El respeto es la base de cualquier relación honesta, abierta e igualitaria. Por lo tanto, no hay excusas para que un cliente tenga mal trato.

Siempre habrá clientes que no te valorarán o no respetarán tus habilidades, pero con el tiempo aprenderás que es mejor no trabajar con ellos.
 

Este es el tipo de cliente que no entenderá que tu empresa tiene más clientes o que los trabajadores tienen un horario.

Finalmente, tal vez no deberías esforzarte tanto en mantener algo que en cualquier momento terminará por romperse.

2. Los que nunca aceptan sugerencias:



Si un cliente está contratando tus servicios es porque confía en tu expertise y necesita de tus conocimientos. Pero hay quienes olvidan este importante punto y tratan de imponer su criterio en todo, aunque estén equivocados.

Probablemente la experiencia te ha enseñado que hay cosas que funcionan y otras que no. Pero si un cliente no escucha tus sugerencias y sólo busca que seas un mero ejecutor de sus ideas, lo mejor es analizar la continuidad de esa relación. Lo principal para entregar un buen trabajo es estar convencido de que estás haciendo lo correcto.

3. Los que no tienen metas reales:

Si tu cliente no tiene metas reales es muy poco probable que cumplas con sus expectativas. Siempre estarás debajo de lo que espera, por lo tanto, nunca estará conforme con tu trabajo.

Esta constante insatisfacción puede tensar las relaciones. Incluso, tener objetivos casi imposibles de cumplir son una de las principales razones de la desmotivación laboral.


Conclusión:

Hay clientes que es mejor perder, ya que conservarlos significa demasiado esfuerzo y muchas veces desgaste. Acuérdate que cuidar a tus talentos y resguardar un buen clima laboral es fundamental para el éxito de tu empresa. Claramente, antes de tomar la decisión elabora un listado de pros y contras y analiza si una buena conversación podría mejorar la situación. De no ser así, mejor opta por, tus clientes de calidad a los que podrías destinar más tiempo y energía. ¡Enfócate en los que sí son un activo para tu organización!